El móvil es un elemento estructural mediante el cual se pueden diferenciar los roles estratégicos de los jugadores, y es el vehículo para alcanzar la meta.
Existen reglas y consecuencias funcionales, en donde se describe al móvil como un elemento que identifica cada modalidad, y las reglas están dadas por la función y forma que cumple cada móvil. Por otro lado, es mediante el cual se consiguen los puntos de un sujeto o equipo. Es una de las principales referencias de organización estratégica del juego. Además atrae la atención de todos los jugadores, y quien lo posea, debe dominar las acciones de conducción.
Entre sus variables están los roles estratégicos que es la “situación de juego asumida por un jugador a la que se le asocia una serie de funciones o acciones y decisiones propias del juego que lo diferencian de otro u otros jugadores toda vez que él y sólo él puede realizar esas determinadas funciones o acciones y decisiones” (Hernández Moreno). Los subroles estratégicos están ligados al comportamiento de los jugadores; la gestualidad o técnica que permite a cabo cada subrol y conseguir los objetivos de juego, y la gestualidad motriz que se da entre participantes.
Dado que el rol es adoptado por el jugador, éste es entonces quien decide cómo debe llevar a cabo una acción motriz en pos del triunfo y la situación de juego, respondiendo a un esquema ya establecido. Estas respuestas adaptadas están supeditadas a lo que Gréhaigne denomina como “sentido del juego”.
La enseñanza de la acción de juego en deportes de cooperación/oposición, no puede obviar la importancia de los procesos cognitivos en la mejora de la competencia motriz, pues los procesos cognitivos deberán capacitar al jugador para que este pueda identificar y procesar la información del entorno, y ajustar su conducta a éstas. Por tanto el problema de la enseñanza de estos deporte será dotar al deportista de de recursos cognitivo-motrices y de autonomía para que éste los utilice eficazmente y así pueda resolver todo tipo de problemas que se presenten en el juego.
La situación de enseñanza se constituye en un microsistema que, según Bronfenbrenner, son “un patrón de actividades, roles y relaciones interpersonales que la persona en desarrollo experimenta en un entorno determinado, con características físicas y materiales determinados”.
La lógica interna de los deportes colectivos se caracteriza por una estructura compleja en donde se interrelacionan diversos elementos, que serán necesarias para que el jugador disponga de escenarios reales de decisión y llevar a cabo su acción de juego, lo que facilitará la transferencia de aprendizajes obtenidas de las situaciones reales de juego.
La necesaria contextualización de situaciones de enseñanza se puede lograr integrando los elementos propios de las estructuras deportivas específicas, en los contextos estructurales de las situaciones de enseñanza que se empleen. Esta va a facilitar o limitar las experiencias de los deportistas en los diversos roles estratégicos que asumirán en el juego real. Entonces, dependerá del profesor/técnico deportivo la conformación de escenarios de aprendizaje que influirán en el deportista.
Uno de los problemas de la didáctica de los juegos deportivos colectivos es la necesidad de diseñar y promover enseñanza significativa que sean atingentes con las constantes estructurales y funcionales de estos deportes. El objeto de los profesores y técnicos deportivos es desarrollar los contenidos deportivos para lograr objetivos de aprendizaje establecidos.
Se debe tener en cuenta que en los deportes de cooperación/oposición, los deportistas adoptan roles estratégicos, constantemente pasan de uno a otro, ya que tienen que organizar su acción de juego. Su objetivo, entonces, será que tengan similitudes estructurales funcionales las situaciones ficticias entrenamiento con las reales de juego, para que puedan aplicar lo aprendido.
Para que un jugador organice su acción de juego en escenario de aprendizaje significativo, se deben identificar los principios e intenciones de juego que se debe plantear el jugador en cada uno de los roles que asume. Debe fijar con claridad un objetivo y las condiciones para alcanzarlo y aplicarlo en forma cognitiva para conseguir lograr el objetivo propuesto.
En la búsqueda de implicar al alumnado en el aprendizaje de un deporte existen autores que recomiendan utilizar reglas de acción, pues según Gréhaigne y Guillon, 1996, “Las condiciones a respetar los elementos a tener en cuenta para que la acción sea eficaz”. Como opciones metodológicas encontramos transmitir consignas a través de pautas de actuación y promover autoconsignas (que el jugador deduzca pautas de actuación).
Existen reglas y consecuencias funcionales, en donde se describe al móvil como un elemento que identifica cada modalidad, y las reglas están dadas por la función y forma que cumple cada móvil. Por otro lado, es mediante el cual se consiguen los puntos de un sujeto o equipo. Es una de las principales referencias de organización estratégica del juego. Además atrae la atención de todos los jugadores, y quien lo posea, debe dominar las acciones de conducción.
Entre sus variables están los roles estratégicos que es la “situación de juego asumida por un jugador a la que se le asocia una serie de funciones o acciones y decisiones propias del juego que lo diferencian de otro u otros jugadores toda vez que él y sólo él puede realizar esas determinadas funciones o acciones y decisiones” (Hernández Moreno). Los subroles estratégicos están ligados al comportamiento de los jugadores; la gestualidad o técnica que permite a cabo cada subrol y conseguir los objetivos de juego, y la gestualidad motriz que se da entre participantes.
Dado que el rol es adoptado por el jugador, éste es entonces quien decide cómo debe llevar a cabo una acción motriz en pos del triunfo y la situación de juego, respondiendo a un esquema ya establecido. Estas respuestas adaptadas están supeditadas a lo que Gréhaigne denomina como “sentido del juego”.
La enseñanza de la acción de juego en deportes de cooperación/oposición, no puede obviar la importancia de los procesos cognitivos en la mejora de la competencia motriz, pues los procesos cognitivos deberán capacitar al jugador para que este pueda identificar y procesar la información del entorno, y ajustar su conducta a éstas. Por tanto el problema de la enseñanza de estos deporte será dotar al deportista de de recursos cognitivo-motrices y de autonomía para que éste los utilice eficazmente y así pueda resolver todo tipo de problemas que se presenten en el juego.
La situación de enseñanza se constituye en un microsistema que, según Bronfenbrenner, son “un patrón de actividades, roles y relaciones interpersonales que la persona en desarrollo experimenta en un entorno determinado, con características físicas y materiales determinados”.
La lógica interna de los deportes colectivos se caracteriza por una estructura compleja en donde se interrelacionan diversos elementos, que serán necesarias para que el jugador disponga de escenarios reales de decisión y llevar a cabo su acción de juego, lo que facilitará la transferencia de aprendizajes obtenidas de las situaciones reales de juego.
La necesaria contextualización de situaciones de enseñanza se puede lograr integrando los elementos propios de las estructuras deportivas específicas, en los contextos estructurales de las situaciones de enseñanza que se empleen. Esta va a facilitar o limitar las experiencias de los deportistas en los diversos roles estratégicos que asumirán en el juego real. Entonces, dependerá del profesor/técnico deportivo la conformación de escenarios de aprendizaje que influirán en el deportista.
Uno de los problemas de la didáctica de los juegos deportivos colectivos es la necesidad de diseñar y promover enseñanza significativa que sean atingentes con las constantes estructurales y funcionales de estos deportes. El objeto de los profesores y técnicos deportivos es desarrollar los contenidos deportivos para lograr objetivos de aprendizaje establecidos.
Se debe tener en cuenta que en los deportes de cooperación/oposición, los deportistas adoptan roles estratégicos, constantemente pasan de uno a otro, ya que tienen que organizar su acción de juego. Su objetivo, entonces, será que tengan similitudes estructurales funcionales las situaciones ficticias entrenamiento con las reales de juego, para que puedan aplicar lo aprendido.
Para que un jugador organice su acción de juego en escenario de aprendizaje significativo, se deben identificar los principios e intenciones de juego que se debe plantear el jugador en cada uno de los roles que asume. Debe fijar con claridad un objetivo y las condiciones para alcanzarlo y aplicarlo en forma cognitiva para conseguir lograr el objetivo propuesto.
En la búsqueda de implicar al alumnado en el aprendizaje de un deporte existen autores que recomiendan utilizar reglas de acción, pues según Gréhaigne y Guillon, 1996, “Las condiciones a respetar los elementos a tener en cuenta para que la acción sea eficaz”. Como opciones metodológicas encontramos transmitir consignas a través de pautas de actuación y promover autoconsignas (que el jugador deduzca pautas de actuación).
Publiquen algo porfavor...
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